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  Daños que producen las drogas
 

DAÑOS DE LAS DROGAS EN EL ORGANISMO

Cerebelo. El cerebelo es el centro de la mayoría de las funciones involuntarias del cuerpo. El abuso severo de drogas daña los nervios que controlan los movimientos motores, lo que se traduce en pérdida de coordinación general. Los adictos crónicos experimentan temblores y agitación incontrolable.
Corazón. La ingesta de drogas puede producir "Síndrome de Muerte Súbita". Además, provoca arritmias y acelera el ritmo cardiaco, lo que puede conducir a la formación de coágulos de sangre y dar paso a un infarto de miocardio.
Medula Ósea. Se ha comprobado que las drogas causan el envenenamiento de la médula ósea, causando leucemia.
Nervios Craneales, Ópticos y Acústicos. Las drogas atrofian el nervio óptico, causando problemas visuales y una pobre coordinación de los ojos. Además, destruyen las células que envían el sonido al cerebro, derivando en graves sorderas.
Sangre. Las drogas bloquean químicamente la capacidad de transportar el oxígeno en la sangre.
Sistema Respiratorio. Cuando no se desplaza totalmente el oxígeno en los pulmones se puede producir una asfixia. Además, se presentan graves irritaciones en las mucosas nasales y el tracto respiratorio.

DAÑOS QUE PRODUCEN LAS DROGAS


Enfermedades mentales


Las drogas aumentan los casos de esquizofrenia, trastorno bipolar y Alzheimer. Un estudio reciente de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha constatado que el consumo de sustancias tóxicas potencia o estimula patologías latentes, las complica y hace más difícil su tratamiento. De esta forma, los consumidores de cocaína o pastillas que están en el «límite poco preciso» de lo que se entiende por normal o anormal, dan con más facilidad el salto hacia una patología mental.

El consumo prolongado de alcohol llega a provocar "alteraciones funcionales y estructurales del cerebro", así como un "deterioro cognitivo" y la "disminución del volumen cerebral.









Según el catedrático emérito de Psiquiatría de la Universidad de Córdoba, Carlos Castilla del Pino, la esquizofrenia, que afecta al uno por ciento de la población general y que se presenta, preferentemente, entre los 14 y los 33 años de edad, es junto a las crisis de angustia y pánico, el problema psiquiátrico más frecuente entre los jóvenes. Además, asegura que el número de jóvenes que presenta algún tipo de enfermedad mental se ha incrementado en los últimos años debido, fundamentalmente, al consumo de drogas, siendo la marihuana la más susceptible de encender el brote psicótico, a pesar de que durante mucho tiempo se ha pensado que era una sustancia totalmente inocua.

Cada sustancia tiene unas propiedades farmacológicas características y dependiendo de su composición de afectan a unos órganos o a otros. A continuación, se muestran los daños que causan cada una de las drogas de mayor consumo en España.


CLASIFICACIÓN DE SUSTANCIAS

Las diferentes clases de sustancias se analizan enmarcándolas en la familia a la que pertenecen, según sus efectos. De esta forma, tenemos:
Depresoras: Estas drogas desaceleran el sistema nervioso. Atenúan y pueden provocar diferentes grados de inactividad, dependiendo de la dosis administrada. Provocan impulsividad, cambios anímicos notorios o pensamientos extraños. Cuando se priva de su consumo surge debilidad, inquietud, náuseas, vómitos, jaquecas, depresión y ataques. El alcohol, derivados del cannabis, la heroína, la metadona y los barbitúricos, entre otras, son algunas de las drogas de la familia de las depresoras.
Estimulantes: Son las sustancias que afectan al sistema nervioso central, provocando un aumento del ritmo cardíaco, de la presión arterial y de la tensión muscular. Como su nombre indica, producen sensación de euforia y bienestar, favorecen un aumento de la energía y disminuyen la sensación de sueño y apetito. Los síntomas de su privación son: apatía, fatiga general, sueño prolongado, depresión y desorientación. La cocaína, el tabaco, drogas de síntesis, las anfetaminas o el crack, son algunas de las sustancias que producen estos efectos.
Perturbadoras: Denominadas también alucinógenos, son sustancias que alteran el estado de conciencia y la percepción de la realidad, provocando extrañas sensaciones, ilusiones y alucinaciones visuales, auditivas o táctiles. Producen euforia, aumento del apetito, aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial. La falta de estas sustancias en las personas dependientes les provoca hiperactividad, insomnio y ansiedad. Algunos derivados del cannabis producen estos efectos, así como las drogas de síntesis, algunas clases de hongos y el LSD.


Tabaco: trastornos respiratorios


El tabaco representa el factor de riesgo más importante para la salud de la población española, siendo la principal causa de mortalidad prematura y evitable. Se asocia a más de veinticinco enfermedades, entre las que destacan diversos tumores, sobre todo de pulmón, y patologías respiratorias y cardiovasculares.

Las principales causas de mortalidad producidas por el tabaco se deben al cáncer broncopulmonar (27,8%), a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (9,3%), a la cardiopatía isquémica (14,5%) y a la enfermedad cerebrovascular (12,6%). La población fumadora tiene un riesgo aumentado de padecer cáncer, especialmente broncopulmonar, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias, principalmente.

En España, la edad media de inicio del hábito del tabaco se sitúa en los 13,1 años, con un consumo medio diario de 7,4 cigarrillos, una situación preocupante ya que en los últimos años se ha reducido la edad de inicio. Según la Encuesta Escolar sobre Drogas del año 2004 que elabora el Ministerio de Sanidad y Consumo, el 21,5% de los estudiantes de 14 a 18 años fuma diariamente, las chicas presentan una prevalencia de consumo superior a los varones en todas las edades, y a los 18 años fuma ya el 40% de la juventud.


Cannabis: alteraciones en el sistema reproductor


Esta sustancia se consume principalmente fumada, en lo que coloquialmente se conoce por “porros”. Esta forma de consumo favorece la aparición de problemas respiratorios, como la tos crónica y la bronquitis. Incluso en estudios recientes se ha llegado a probar que 3 ó 4 porros perjudican los pulmones como si se fumasen 20 cigarrillos de tabaco, pudiendo producir enfermedades en las vías respiratorias (bronquitis, faringitis, cáncer...). Asimismo, puede causar alteraciones en el sistema reproductor, aumentando la probabilidad entre los jóvenes de producir un retraso en el inicio de la pubertad y, en el caso de las mujeres, se podría interrumpir el ciclo menstrual o producir problemas en la ovulación. Las propiedades del cannabis perjudican también el sistema inmunológico, provocan problemas cardiovasculares y acentúan los síntomas de hipertensión e insuficiencia cardiaca, que pueden degenerar en infartos cerebrales o de miocardio. Además, está constatada su potencialidad como elemento desencadenante de psicosis y cuadros delirante-alucinatorios en personas de riesgo.


Marihuana: daños en la memoria


La marihuana altera la función normal del cerebro debido a que contiene el ingrediente químico activo llamado THC (tetrahydrocannabinol). Algunos estudios muestran que cuando un individuo ha fumado marihuana en cantidades grandes durante años, la droga daña sus funciones mentales. Para que una persona pueda aprender y desempeñar tareas simples es necesario que tenga una capacidad normal de memoria reciente y esta sustancia afecta negativamente a las partes del cerebro que controlan no sólo la memoria, sino también, la atención y el aprendizaje.

El alto precio de las drogas 3

Fumar marihuana causa algunos cambios en el cerebro similares a los causados por la cocaína, la heroína y el alcohol. Los científicos aún están aprendiendo las distintas formas en que la marihuana puede afectar al cerebro.


Cocaína: enfermedades cardíacas


La cocaína puede afectar a prácticamente todos los órganos de nuestro cuerpo y presentar múltiples complicaciones médicas tras un uso tanto agudo como crónico. La vía de administración de la droga puede variar los efectos adversos y añadir toxicidad, como es el caso de la administración endovenosa, que puede asociarse con todas las enfermedades infecciosas producidas por agujas infectadas (endocarditis, hepatitis virales o infección por VIH, entre otras) o por falta de asepsia al pinchar (abscesos en extremidades, tromboflebitis, etc.) o isquemia o gangrena intestinal en el caso de ingesta accidental, según se desprende de un estudio elaborado por el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona sobre las complicaciones orgánicas de la cocaína, recogido en el Centro de Documentación de la Agencia Antidroga.

Además, la cocaína puede actuar sobre otros factores de riesgo como la hipertensión, la enfermedad cardiaca y la enfermedad vascular. También reduce el flujo de sangre cerebrovascular hasta en un 30%, conduciendo a un estrechamiento de las arterias. Afecta al corazón produciendo arritmias y puede conducir a la formación de coágulos de sangre al acelerar el ritmo cardiaco.

Asimismo, puede presentar alteraciones motoras en el cocainómano, como ataxias o tics motores, y padecer diversas formas de fallo renal agudo. En este sentido, con un consumo abusivo puede producirse infarto en la arteria renal, facilitando la progresión de una insuficiencia renal crónica.


Heroína: hepatitis y VIH


Aunque el consumo de esta droga por vía intravenosa se ha reducido considerablemente en los últimos años, tal y como señala la FAD, todavía quedan consumidores activos en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Esta droga es el opiáceo ilegal de mayor consumo y generalmente se inyecta, inhala, aspira o se fuma. La administración intravenosa fue el método más usado por los consumidores hace unos años, pero tras la diseminación de la infección por VIH hizo que muchos individuos cambiaran sus hábitos.

Se sabe que el consumo de esta sustancia, especialmente cuando se hace por vía intravenosa, se asocia a un alto riesgo de contagio por virus como el de la hepatitis C, B, el Sida o el virus HTVL, éste último hasta ahora no se ha relacionado con ninguna enfermedad en concreto, aunque los pacientes de Sida que lo sufren, progresan peor.

El alto precio de las drogas 4

Drogas de síntesis


No parecen drogas, pero lo son con un alto riesgo de abuso. Se les ha llamado drogas de “uso recreativo” o drogas de comunicación, relacionándolas directamente con la diversión. Aunque en el mercado se presentan con distintos colores y múltiples nombres como fidodidos, cacharros, palomitas, elefantes, eva, tanques y muchos otros, la composición de las sustancias varía muy poco. La más conocida de las drogas de diseño y la más extendida en nuestro país es el éxtasis, cuyo nombre científico es MDMA.

A medida que el consumo se hace habitual, los efectos supuestamente satisfactorios van desapareciendo y se presentan con más frecuencia los efectos no deseados. Su consumo crónico llega a dañar órganos vitales como el hígado o el riñón y, a largo plazo, no están descartados los trastornos mentales. Actúan sobre el corazón provocando taquicardia, arritmia, hipertensión y aumento de la frecuencia cardiaca. Producen además sequedad de boca, sudoración, contracción de la mandíbula, temblores, vértigo, deshidratación e hipertermia. Además, causan crisis de ansiedad, trastornos depresivos y alteraciones psicóticas. En definitiva, Sus efectos son una distorsión de la realidad, que puede favorecer la práctica de otras conductas de riesgo.

El alto precio de las drogas 5

Efectos de las drogas en embarazos


Con frecuencia, la drogadicción se asocia a otros factores como la malnutrición, las enfermedades de transmisión sexual, la falta de atención médica durante el embarazo, el estrés e incluso la violencia física. Estos factores agravan el problema, no solo en la etapa prenatal sino también en la neonatal, donde con frecuencia el recién nacido no recibe la atención que requiere y surgen diversas complicaciones potencialmente discapacitantes. Drogas como la heroína, la cocaína, predisponen a una serie de complicaciones que se asocian con la discapacidad, como el bajo peso al nacer, la prematuridad, las convulsiones neonatales y las disfunciones placentarias, entre otras.

Los fármacos y hormonas administrados durante la gestación podrían ser responsables de cambios sutiles en el comportamiento de la descendencia. Las llamadas drogas tóxicas pueden interferir en el normal metabolismo celular y causar defectos congénitos, además, algunas actúan no sólo sobre el embrión, sino sobre la placenta o el organismo materno, pudiendo influir en el proceso de la gestación de forma indirecta. En esta línea, los procesos infecciosos intrauterinos pueden producir también retraso mental, a pesar de que el feto parezca estar bien protegido frente a la infección.

 
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